¿Recuerdas aquella vez en la que en mis brazos encontraste un espacio para refugiarte de ti misma? Cuando mis labios se acercaron a los tuyos para simplemente rosarlos y compartirte un poco de mi aliento... me miraste con un especial brillo en los ojos, que nunca pude entender. Te dije que siempre que me necesitaras, estaría ahí para ti.
¿Lo recuerdas...?
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Posiblemente lo continúe en la novela. No sé.
No te confundas por favor, la idea es que la nada es todo lo que necesito, como si el vacío llenara las necesidades. Esa es la intención del título, pero no se relaciona (como hace meses) con el texto que ahora lees, salvo por el simple hecho de ser una explicación del mismo.
Aquí me separo de lo anterior y doy paso a lo que quiero escribir. (Extraña necesidad mía de escribir para así poder escribir).
Pero, ¿no es acaso eso lo que me hace quien soy?¿o es que ya me creé una nuevo yo? Basta de preguntas, es tiempo de respuestas y de uno que otro comentario con relación a alguna cosa que puede o no interesarte y que puede que escriba, aunque lo dudo. En el fondo, depende de ti leerlo.
Lo sábes, lo he dicho y escrito tantas veces como lo he pensado. Como si no pudiera pensar en ello si sentir la necesidad de comunicarlo al mundo que me rodea con una inmediatez vertiginosa, y es que hace minutos lo pienso y me ha costado no escribirlo. Estoy enfrentándome conmigo mismo. Mi mente contra mi mente. Mi necesidad de comunicar contra la misma necesidad de comunicar. Posiblemente no hay más enfrentamiento que aquel que entregan los espejos: una misma cosa frente a sí, en un combate que ninguna parte puede ganar o perder, pero que tampoco pueden empatar...
Puede que no lo sepas, aunque es más probable que sientas que lo que escribo no tiene sentido, después de todo, nada te ha indicado, hasta ahora, sobre qué estoy escribiendo, como para poder decir que sé que sabes, porque puedes ignorarlo. Aunque en el fondo ámbos sabemos que lo has escuchado o leído al menos una vez.
Esto es un ejercicio. Nos estoy poniendo a prueba. Tarde o temprano yo lo escribiré y tarde o temprano tú lo leerás. Idealmente, antes de que lo escriba, sabrás a qué me refiero y a que me estoy refiriendo hace ya tres párrafos. No es una idea; es un comentario: una apreciación: un ideal: un sueño: una... ¿mentira?
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Te prometí más de lo que podía darte, sin embargo... te lo dí.
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Una vulgar coma. A eso hemos reducido uno de los signos de puntuación más sutiles que existen. Creemos (sabemos) que es una pausa, pero la necesitamos más larga que las otras, pero no tanto como esta.
Si pasa el tiempo suficiente, podemos respirar, y no me refiero sólo a una coma. Hay gente en el mundo que entenderá aquello. Espero que tú seas una de ellas.
De vuelta a la realidad. Por extraño que te parezca el ver esas palabras en uno de los lugares menos reales que el ser humano ha creado. ¿No es internet producto de nuestra imaginación?¿hasta dónde llega la realidad?¿realmente me estás leyendo a mi o lo que yo escribí?
No, Matrix no.Creo que eso es todo. Espero que no tomes muy en serio las cosas que escribí. Del mismo modo, espero que puedas diferenciar aquello de lo otro que de verdad no importa, para que así puedas tomar con la debida seriedad aquello que no es una ilusión.
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