29 de mayo de 2008

Energía solar

Detenerse cada tres o cuatro pasos para beber o masticar el chicle que se lleva dentro de la boca es un opción viable, aunque no la más adecuada, pero si la más cómoda en el caso de que queramos beber. De seguir avanzando sin detenernos, nos encontramos con la dificultad de sentir que debemos prestarle atención al vaso o botella cuya abertura superior acercamos a nuestros labios para que, luego de inclinar el recipiente, el líquido contenido en él encuentre su camino desde el ya mencionado contenedor y a través de la abertura, hasta nuestra boca. Dicho así, notamos inmediatamente que el proceso no es tan sencillo, y sumarle a eso el caminar, pues nos lleva a la conclusión de que tal vez sea mejor detenernos para así evitar derramar líquido sobre nuestro carísimo traje.

No pude evitar pensar en Cortázar, pero eso es ya cosa mía y definitivamente no tuya porque yo no te he hecho pensar en él, al menos no sin no habértelo mencionado antes porque es muy posible que hayas pensado en él cuando leíste su apellido, pero no antes de hacerlo... y te desafío a que me lo niegues.

Sin embargo y me imagino que ya sabes a que me referiré en este momento... y como lo sabes no diré nada jajajaja.

Fuera de eso, tengo la leve y casi imperceptible, aunque suficientemente poderosa como para ser notada, sensación de que estoy haciendo algo que no debo. Me explico (pero no me explico a mi mismo, porque eso me tomaría mucho tiempo, sino que explicaré lo que quise decir, para evitar confusiones y problemas de interpretación), estoy aceptando que ocurran cosas que no estoy seguro querer que ocurran. Me explico, me estoy poniendo en contacto con gente con la cual en realidad no tengo muchas ganas de ponerme en contacto. Me explico, he creado lazos, débiles, muy débiles, con gente con la que ya había roto dicho lazos, y en realidad no estoy interesado en lo más mínimo en crearlos de nuevo. Me explico, una vez que a alguien le digo "adiós" lo digo en serio. Me explico: Yo no tengo pasado, porque lo voy eliminando. Me explico, mi vida avanza, no se queda en/con recuerdos.

Me gusta moverme, aunque soy reacio a conocer gente nueva, me carga recordar gente antigua, me apesta saludar a alguien a quien ya no saludo y aborrezco que me recuerden cuando yo no deseo ser recordado. Pero, y esto para ti que astutamente habrás recordado que alguna vez escribí algo que puede parecer contradictorio con lo que acabas de leer, yo efectivamente necesito ser recordado, pero en mis propios términos, no en los de los demás. Me explico: si tú te acuerdas de mi es porque yo hice algo para que te acordaras de mi y lo hice voluntariamente teniendo presente que lo hacía para ser recordado por ti. Por eso no me junto mucho con mis parientes o mis amigos "antiguos", porque recuerdan cosas que yo no planifiqué fueran recordadas, me explico, ellos no recuerdan cosas que yo quiero que recuerden, sino que recuerdan lo que ellos quieres recordar y eso para mi no tiene valor.

En el fondo, yo no soy ese que recuerdan, ni seré el que pretendo que recuerden, por eso me carga que me recuerden y por eso lo necesito tanto.

Mi vida es una contradicción.





Y sólo una cosa en la existencia me gusta más que estar vivo.

Pero tú ya sabes que es.

21 de mayo de 2008

Desinteresado

Fuera de lugar, fuera de locación, fuera de la casa, dentro del mundo, dentro del espacio que me contiene y que te contiene...

Difícil se ha hecho superar los obstáculos, supongo que por eso los deportistas entrenan tanto... y por eso existen las Olimpiadas, que a todo esto empiezan en agosto. Esperemos que sea algo relativamente, por no decir en extremo aburrido, interesante.

Nunca está demás apostarle a la Unión Soviética, ¿cierto?

Tu rostro sigue siendo tuyo, y mis ojos que lo observan jamás te pertenecerán, porque lo decidiste el día que me dijiste que no.

Porque tengo más de un interés, dos manos, dos ojos y muchas ganas de seguir existiendo... Hago lo que hago porque lo creo y porque me gusta, no necesito ni de ti ni de tu aceptación. No necesito ni de ti ni de tus opiniones, no te necesito ni a tus ojos que me observen, no te necesito ni a tu mirada sobre mi.

Aunque no negaré que en algún momento fue mucho más que agradable sentirla sobre mis hombros.

Quiero creer que soy más fuerte que mi propio olvido, quiero creer que soy más fuerte que tu recuerdo, quiero creer que existo en planos ajenos a tu persona. Luego recuerdo que hago lo que hago porque me gusta y porque lo creo.

Cada día es una semana, cada semana un mes y cada mes un año entero. Si, así de cursi, pero es necesario dejarse levar, a veces, por las sutiles cursilería que atrapan corazones y que derrumban emocionales barreras, arrasadas por un río de lágrimas que sólo pretendían limpiar los ojos, pero que resultaron beneficiosas para el alma que sin estar sucia, necesitaba un poco de agua para limpiar su esencia.

Querida/o lectora/o, me temo que hemos llegado a ese crucial e inexistente punto en el que yo, su humilde y espectacularmente genial escritor, decide que ya ha escrito demasiado sobre cosas personales y cambia radicalmente su estructuración para permitirle (y a usted, por supuesto) disfrutar de un laberinto tal y como debería ser un laberinto, considerando casi con exclusividad, pero si que esto excluya a otro medios, la idea de entregar información que podría llegar a parecer disparatado, pero que no lo es, puesto que simplemente está siendo entregada de forma recurrente y poco clara, o al menos eso es lo que aparente, puesto que el autor a cada seguidilla de texto inserta, con el debido respeto de los presentes, un frase entre comas, como está que lee usted actualmente, en la que especifica, aclara, comenta o simplemente saca de lugar el texto inmediatamente previo a la ya mencionada coma.

Es pues por esto que podríase llegar a pensar que el predecesor a esto, es un texto complejo, sin embargo, o embargando al texto, en realidad ello dependerá de sus ganas de entrar a los tramites legales del embargo, eso no es así.

Y si por alguna razón, en algún momento, o por cualquiera cosa, llegase a pasare, tendré la deferencia y la pulcritud de permitiros reconocer a ciencia cierta y sin sombra de duda que dicho texto, sea texto o no, pertenece o cae estrepitosamente en la categoría de texto complejo, pero no por lo que dice, ni mucho menos por como lo dice, sino por lo que tiene escrito y como ese escrito está ciertamente escrito.

Otro día será para otras cosas.