28 de mayo de 2007

Caja de Pandora II

Lo siento, pero la idea de la Caja de Pandora me atrae muchísimo, por lo que la usaré cada vez que pueda aunque el texto no tenga relación alguna con la idea de la Caja de Pandora.

Depues de todo, no he destapado (hecho) ninguna caja (cosa) misteriosa (fuera de lo común) que provoque el caos (que cambie mi vida).

Aunque, tal vez si...

No quiero ir a trabajar mañana, tampoco pasado mañana ni el día que seguirá. Simple y sencillamente me niego a seguir yendo a trabajar en eso. Me pregúnto qué tan feo se verá renunciar a un trabajo cuando ya has firmado el contrato hasta diciembre. No digo que lo haga, sólo pregunto.

Nota mental (que te recomiendo también tengas en cuenta): No aceptar trabajos, por maravillosos que suenen, sin pensarlo dos, tres o cuatro, incluzo cinco o seis, quizás siete u ocho y hasta nueve o diez veces, sin importar lo mucho que te lo recomienden, y nunca olvides consultar con al menos un par de buenos amigos, que sepas que sus opiniones difieren, para que tengas al menos dos puntos de vista, uno de esos puntos coincidirá con el tuyo, y sabrás que la decidión final, negativa o positiva, estará respaldada. Ahora, si las dos opiniones de tus amigos difieren de la tuya, hazles caso.

Fuera de eso, tienes que considerar otros elementos como: la ubicación de tu nuevo lugar de trabajo, la cantidad de tiempo y dinero que te tomará el llegar a él y el volver a tu casa, la gente con la que convivirás, el rol que desempeñarás y, lo más importante, si el dinero que ganarás es suficiente como para obviar todos los posibles problemas que podrían presentarse y que se presentarán.

Otros consejos:
  • Nunca dejes de hacer lo que te gusta por tu trabajo, a menos que tu trabajo sea lo que te gusta.
  • No sacrifiques tu tiempo libre por actividades que no te benefician espiritual y/o mentalmente.
  • Nunca menosprecies tus horas de sueño, son el único tiempo real en el que descansas y el único tiempo que es realmente tuyo.
  • No confundas a tus amigos con tus compañeros de trabajo, y no confundas a tus compañeros de trabajo con tus amigos.
  • Nunca, aunque te cueste, conviertas tu trabajo en tu vida, porque entonces cuando no trabajes, dejarás de tenerla.
  • Si trabajas con gente (no me refiero a tus compañeros de trabajo) evita encariñarte con ellos, así es más fácil despedirse... y te ayuda dormir mejor.
  • Recuerda que dar todo lo que tienes en el trabajo no es sinónimo de llegar a tu casa queriendo dormir por siempre.
  • No te esfuerzes demasiado, pero tampoco abuses de los ratos libres (porque los hay).
  • Conoce tus propios límites y aprende a aceptar que hay cosas que no podrás hacer sin ayuda.
  • Decir que no es a veces mejor que aceptar y entregar un resultado pobre o mediocre.
  • Exige tus derechos, pero respeta los de todos los demás al hacerlo.
  • Acepta sugerencias y aprende a darlas sin ofender.
  • Nunca esperes el día del pago, deja que llege cada mes como una grata sorpresa.
Podría seguir, pero creo que esos son suficientes y más o menos aceptables... Sería bonito si yo mismo los tomara en cuenta. Ja...

... y eso que no llevo ni medio año trabajando.

... siempre me dijeron mi edad mental era mucho superio a mi edad física.






Espero no morir de muerte cerebral.




...Ja

2 de mayo de 2007

Caja de Pandora

¿Has sentido cansancio alguna vez?... Y no me refiero a la sensación que se tiene luego de haber corrido un par de kilómetros, ni de aquella que nos llega luego de trabajar todo un día.

Me refiero a un cansancio acumulado, un cansancio que no se quita con una buena noche de sueño, un cansancio que no se aloja en tu cuerpo, sino en tu mente, quizás más en tu espíritu. Un cansancio de ganas, un agotamiento anímico...

... ¿lo has sentido?

Me ha pasado -y puedes odirame si lo quieres, pero estás en mis dominios y aquí yo escribo sobre el tema que me place- que luego de trabajar (si, trabajar) todo un día, llego muy cansado (cansancio físico y mental) a mi "hogar", sólo para descubrir que a pesar de que dormiré una buena cantidad de horas y de que tendré un fin de semana para sacarme de encima el lunes-a-viernes, me siento cansado al día siguiente.

(y por su puesto, ahora debería estar haciendo algo para mañana)

He intentado convencerme de que ya no estoy en la universidad, de que si me quedo dormido, pierdo algo más que una clase de morfo, pero mi espíritu se niega a aceptar esta nueva condición de vida. Como si hubiese elegido ser profesor porque nunca quize salir de la sala de clases, pero ser estudiante es TAN fácil. Ahora, con respecto a eso, antes de que me sentencies, aunque diría que ya lo hiciste, mi comparación va con respecto a la vida del estudiante enfrentada a la vida de un trabajador... Sin embargo nunca se me pasó por la mente la idea de ser un estudiante eterno.

Cambiando un poco de tema. Desde el momento en que te das cuenta de que las letras que lees son letras, vale decir, desde el momento en que efectivamente te das cuenta de que en realidad y sin sombra de dudas sábes leer, estás condenada/o de por vida a vivir una desagradable vida de sufrimientos producidos por esta maravillosa invención que son los grafismos.

Piénsalo: vas camimando y sin importar a cual de los 32 puntos cardinales dirigas tu visión, encontrarás un texto de mayor o menor extensión, texto que tus ojos, casi involuntariamente, enfocarán y cuyos grafismos serán interpretados por tu mente como una palabra con un significado particular de acuerdo al contexto. Es inevitable.

Lo siento, a veces cambiar de tema es la única forma que tengo de alejarme de aquello que en realidad quiero escribir, pero a lo que me niego a hacer por las ridículas consecuencias que ello traería en mi persona como sujeto y como ente social. Aunque, de sociedad bien poco se puede decir.


Decía. No me agrada mi trabajo. Y eso no es una contradicción con algo escrito en alguna fecha anterior, sino una reafirmación de una idea que nunca explicité del todo. Ahora lo haré: Ser inspector no me molesta, puedo hacerlo, lo he estado haciendo y me agrada la parte humana del trabajo: tratar con alumnos, resolver problemas, pasearme por el establecimiento, dar pases, crear conversaciones, entrar a las salas (previa autorización del profesor a cargo), etc. Lo que no me gusta es todo lo demás: papeleos idiotas, revisión, manejo y arreglo de horarios, ser el "malo", exigir cosas que van en contra de mi propia escencia de persona, el no tener una función clara, no tener jerarquía (a pesar de que debería) y, producto de eso y mi corta edad para la tarea, el casi nulo respeto que me tienen los alumnos y los profesores, pero sin confundir; no es que yo exija respeto, es sólo que por cargo, yo tengo que "mandar" a los profes... y es medio difícil cuando tienenes la mitad de la edad, no los conoces y definitivamente no tienes ganas de ser lo que el sistema quiere que seas.

Yo sería inspector, sin problemas, feliz incluso, pero en otra parte. Con otro ambiente, otro director, otros profesores (no todos) otro edificio, otro reglamento, otra concepción de educación.

Yo soy profesor, me gusta ser profesor, NADIE puede quitarme eso.

Ni siquiera tú.


... y por si no lo has notado, "renuncié" a la inspectoría.








Y otro día usaré mejor el título...