Según Tolstoi, el hombre feliz era tan pobre que no tenía camisa. Entonces, eso significa que el zar se murió, aunque en el cuento eso no parece ser importante.
Eso por un lado, por otro lado, yo si tengo camisas (aquí la/el lector/a inteligente pensará: "entonces, como el hombre feliz no tenía camisas, tú que si tienes, no eres feliz", que es una conclusión válida, pero no necesariamente cierta), aunque las uso poco, he descubierto una extraña felicidad, no precisamente por usarlas, sino por el contexto en el que las uso.
Me explico.
Hace un par de semanas inicié mis paseos por los pasillos de un establecimiento educacional en calidad de "profesor/alumno en práctica" (profesor dentro del colegio, alumno en la universidad) y es gracias a ese estátus de docente, que usa camisa, hoy puedo decir con propiedad que me considero un hombre feliz.
... ¿Será acaso ésta la segunda entrada de mi blog cuyo título se relaciona con el contenido de la misma?¿Será posible que mi originalidad y el desapego que siento por la titulación de textos se haya acabado?¿Será posible que, por ésta incríble y única vez, el título ordene el contenido del texto que ahora lees? (en éste punto señalo y aclaro que el título de la entrada anterior fue producto de lo escrito y fue colocado después de terminado el texto) ¿Estaré dispuesto a terminar con aquello que me distinguía de mi mismo en mis textos?
Aquí, la/el misma/o lector/a pensará alguna de éstas dos cosas:
1. Si, el autor se ha rendido a la titulación y sus textos se relacionaran con ellos.
2. No, el autor sólo está jugando con el texto, tal como lo ha hecho siempre.
Queridísima/o lector/a, ¿cuál opción, de las dos presentadas y de las muchas que tú imaginas, es la correcta?
Me limitaré a no respondar una pregunta tan sencilla, puesto que la respuesta salta a la vista con una simple y no muy preocupada lectura del texto que ahora, frente a tus ojos, se despliega con tanta gracia y luminosidad como el fondo negro de la página le permite a la letras. Eso sin contar con la fortuna que te podría traer el usar lentes, en cuyo caso tendrías la dicha de ver mis letras a travez de unos cristales, cuya función sería hacer que las letras dejaran de bailar, lo que, en cualquier caso, no le impide a las palabras danzar en tu mente o en tus labios si es que, como yo, gustas de leer en voz alta, tratando de darle un cierto ritmo a los textos, para que los sonidos te recuerden las palabras y no que las palabras te recuerden conceptos.
Pero... esto no es poesía... y de serlo... no rima... y de rimar... no tiene ritmo... y de tenerlo... ¿dónde encontrarlo?
Una pausa (trata de esperar diez segundos antes de leer lo que viene a continuación por favor).
¿Llegaste efectivamente hasta el diez o simplemente bajaste la vista hasta encotrarte con ésta pregunta?
¿Cuantas, de las preguntas que ya has leído, son retóricas? ...¿todas... ninguna?
¿Y qué pasó con el hombre feliz...? ¿Acaso los soldados del zar lo mataron por no tener camisa?¿le regalaron una para luego quitarsela?, de haberlo hecho, ¿no se habría convertido inmediatamente en el hombre "no tan feliz"?¿hubiera curado al zar esa camisa?
Para terminar, una confesión:
Nota para las/os interesadas/os:
Retomaré, dentro de un par de días, la escritura de mi blog novela.
Continuaré la escritura de mi novela.
Eso por un lado, por otro lado, yo si tengo camisas (aquí la/el lector/a inteligente pensará: "entonces, como el hombre feliz no tenía camisas, tú que si tienes, no eres feliz", que es una conclusión válida, pero no necesariamente cierta), aunque las uso poco, he descubierto una extraña felicidad, no precisamente por usarlas, sino por el contexto en el que las uso.
Me explico.
Hace un par de semanas inicié mis paseos por los pasillos de un establecimiento educacional en calidad de "profesor/alumno en práctica" (profesor dentro del colegio, alumno en la universidad) y es gracias a ese estátus de docente, que usa camisa, hoy puedo decir con propiedad que me considero un hombre feliz.
... ¿Será acaso ésta la segunda entrada de mi blog cuyo título se relaciona con el contenido de la misma?¿Será posible que mi originalidad y el desapego que siento por la titulación de textos se haya acabado?¿Será posible que, por ésta incríble y única vez, el título ordene el contenido del texto que ahora lees? (en éste punto señalo y aclaro que el título de la entrada anterior fue producto de lo escrito y fue colocado después de terminado el texto) ¿Estaré dispuesto a terminar con aquello que me distinguía de mi mismo en mis textos?
Aquí, la/el misma/o lector/a pensará alguna de éstas dos cosas:
1. Si, el autor se ha rendido a la titulación y sus textos se relacionaran con ellos.
2. No, el autor sólo está jugando con el texto, tal como lo ha hecho siempre.
Queridísima/o lector/a, ¿cuál opción, de las dos presentadas y de las muchas que tú imaginas, es la correcta?
Me limitaré a no respondar una pregunta tan sencilla, puesto que la respuesta salta a la vista con una simple y no muy preocupada lectura del texto que ahora, frente a tus ojos, se despliega con tanta gracia y luminosidad como el fondo negro de la página le permite a la letras. Eso sin contar con la fortuna que te podría traer el usar lentes, en cuyo caso tendrías la dicha de ver mis letras a travez de unos cristales, cuya función sería hacer que las letras dejaran de bailar, lo que, en cualquier caso, no le impide a las palabras danzar en tu mente o en tus labios si es que, como yo, gustas de leer en voz alta, tratando de darle un cierto ritmo a los textos, para que los sonidos te recuerden las palabras y no que las palabras te recuerden conceptos.
Pero... esto no es poesía... y de serlo... no rima... y de rimar... no tiene ritmo... y de tenerlo... ¿dónde encontrarlo?
Una pausa (trata de esperar diez segundos antes de leer lo que viene a continuación por favor).
¿Llegaste efectivamente hasta el diez o simplemente bajaste la vista hasta encotrarte con ésta pregunta?
¿Cuantas, de las preguntas que ya has leído, son retóricas? ...¿todas... ninguna?
¿Y qué pasó con el hombre feliz...? ¿Acaso los soldados del zar lo mataron por no tener camisa?¿le regalaron una para luego quitarsela?, de haberlo hecho, ¿no se habría convertido inmediatamente en el hombre "no tan feliz"?¿hubiera curado al zar esa camisa?
Para terminar, una confesión:
Hoy estoy un poco resfriado y me siento culpable pues estoy escribiendo por escribir y no por simplemente escribir.
Nota para las/os interesadas/os:
Retomaré, dentro de un par de días, la escritura de mi blog novela.
Continuaré la escritura de mi novela.